Más de 20 años en el mercado internacional del vino y la alimentación.

Profunda experiencia y conocimiento a nivel internacional. Específicamente, de los mercados ruso, ucraniano, kazajo y bielorruso.

Ofrecemos un servicio personalizado y especializado para cada cliente y cada proyecto.

Desde agosto de 2002 hemos colaborado con diferentes bodegas desde España hasta Portugal, Francia, Chile, Argentina y otros países.

Trabajamos con más de 20 Denominaciones de Origen en España, Rioja, Ribeira del Duero, Rías Baixas, Jumilla, Ribeira Sacra, Somontano, entre otras.

qué es sam

SAM’s WINE se basa en cuatro principios como si de las cuatro cámaras del corazón se tratase.

El primer impulso ante un horizonte soleado es cerrar los ojos para recibir su calor. Idéntica reacción tienen los niños en una playa como las garzas que asolean su plumaje tras un baño de agua fría. Son los rayos de vida, que atraviesan las nervaduras de las hojas en las vides del campo, y calientan los troncos para que circule la corriente interna que hace posible la existencia.

El sol cambia la luz según avanzan el día y las estaciones, de forma distinta en cada coordenada de la tierra para darle una
personalidad única al vino. 

El sol es el eje norte del vino.

El factor humano es esa parte que en principio no tenía sentido, como los ramajes azules de Van Gogh o la alquimia secreta de los primeros bodegueros, pero que eleva con sus trazos geniales la obra final.

Sin las alas de la creatividad, no hay chispazo en la experiencia del primer sorbo, ni alianza con el vino definitivo.

En la creación confluyen los conocimientos heredados de una tradición vinícola, las pasiones vividas y la locura prendida del pensamiento para hacer algo singular.

El arte es el hemisferio derecho del vino.

Cada huella humana deja un código único impregnado en la superficie, como un sello personal grabado desde la tierra al vidrio.

Ninguna máquina sustituye el acto de ahuecar el mantillo con los dedos para afianzar el tallo, o el de apartar los sarmientos para acariciar un racimo y tantear su maduración.

Con el saber del oficio, intuir el día del corte para que cada uva se lleve el azúcar justo a la barrica, porque la mano es la ejecutora del instinto y la pericia.

La mano es el hemisferio izquierdo del vino.

Una lluvia de pronto nos recuerda que esa inmensidad bajo nuestros pies es un organismo vivo.

El olor a tierra mojada es su lenguaje silencioso.

Calladamente, el terreno se deja hacer peinados que solo perciben las aves desde su ojo cenital.

Ellas divisan los viñedos alineados, ven reverdecer las parras en primavera y dorarse al final del verano.

El respeto al enorme hogar que nos sostiene es la premisa de este pacto productivo con el hombre.

El suelo es el eje sur del vino.